La maquina del fango sigue arrasando con toda la gente buena de este gran país que va como un cohete. La mujer de, el hermano de, los padres de, los compañeros de partido de, los socios de… toda esa gente que está trabajando para que este gran país siga esa senda de crecimiento, de paz social, de trabajo para todos, de defensa de la propiedad privada, de justicia independiente, de la mejor sanidad del mundo, de defensa de la vida, de los niños y de los ancianos están sufriendo muchas injusticias a nivel político, social, económico e incluso judicial. Es hora de que el hombre enamorado, el nuevo faro de Occidente, realice una de esas genialidades a las que nos tiene acostumbrados y enderece, de nuevo, el rumbo de una nave que, sin él, solo puede ir a la deriva.
Y lo va hacer de la mejor forma en la que solo un hombre grande lo puede hacer: con la amistad. Porque eso es lo que quiere, nada más que amistad. Por eso no podemos más aplaudir su última decisión: que todos los jueces del Tribunal Supremo sean sus amigos, o no tenemos muy claro, porque hemos tomado mal las notas de su intervención, si lo que quiere es poner a todos sus amigos de jueces del Tribunal Supremo. En definitiva, da igual lo uno que lo otro.
Es amistad lo que busca. Sabe que con la amistad, el cariño y el amor todo se soluciona. Y él es un hombre bueno, un hombre sabio que ha tenido que enfrentarse a lo más duro que ha sucedido en España en muchos años: lo ocurrido en 2020. ¿Y cómo lo solucionó? Lo mejor que pudo. Quizás fuera un poco exagerado el hecho de tener que estar metidos en casa tanto tiempo, o incluso se podría decir que algún lote de la pócima mágica no estaba en buen estado y algunos lo sufrieron. ¡Qué le vamos a hacer, los beneficios son mayores que los riesgos! ¿Y con esta nueva iniciativa divina, qué pensar? Que no hay nada que pueda contra el amor.
¡Viva la amistad!