¡Atención, amantes del drama rural con toques de comedia absurda! Si pensabais que el 2025 iba a ser el año de la IA, las criptos y los viajes a Marte, permitidme que os traiga de vuelta a la realidad leonesa: un pozo de agua con rampa para anfibios que ha desatado una guerra entre ganaderos cabreados, ecologistas con el corazón verde y el erizo de Twitter pidiendo cabezas rodantes. Todo ha empezado con un vídeo viral que parece sacado de un sketch de El Hormiguero, pero con botas de agua y un presupuesto público que da vértigo. Vamos a desgranarlo todo, con croac-croac incluido, porque si no nos reímos, nos da algo.
Imaginad esto: un paisaje idílico de Castilla y León, con colinas verdes, un cielo azul que parece pintado por un turista con resaca, y en medio, un pilo (esos antiguos abrevaderos de piedra para el ganado, por si erais más de urbanita) que parece haber salido de una postal del siglo XIX. Pero ¡sorpresa! Ahí están Aída y su compañero de fatigas para contarnos algo que ya pasa de castaño a oscuro.
El vídeo dura unos eternos 2 minutos y pico de sarcasmo puro. Empieza con ellos en el «Pilo de Casasola, en Murias de Parellos» (un rincón perdido de León donde el WiFi llega por mor de un milagro), y de ahí arranca el festival: «Estamos locos de contentos porque hayan hecho esta rampa… ¡para que las ranas suban a beber agua! Porque hasta ahora se morían en charcos, los pobres». Y mientras, overlays amarillos chillones: «240.000€ de inversión. Junta de CyL. (No es broma)» y un emoji de rana que parece estar riéndose de nosotros.
Aída y su colega no se cortan: colocan ranitas de juguete en la rampa (¡como huevos falsos en un gallinero para animar a las gallinas a poner!), bromean con poner flechas direccionales («¡Falta la de ‘curva a la izquierda’ para no marear a las anfibias!»), y hasta critican que las rayas antideslizantes estén demasiado separadas para las patitas cortas de las bichas.
«¿Mejor gastar 240 mil euros en esto que en arreglar los piornos que se prenden con un chispa y queman el monte entero?», sueltan, mientras señalan el brezo seco alrededor que parece un polvorín con esteroides. Al final, prometen soltar la «noticia oficial con la orden de subvención» para que nadie piense que es falso. Spoiler: no es falso. Es peor.
El post ha explotado como una granada en un estanque. Comentarios como «20€ en cemento y 239.980 para el amiguete que adjudicó el contrato» o «Malversación en toda regla» llueven a chorros. Otros, más ecologistas, defienden: «Es conservación, tontos, para ranas y roedores. ¡El campo sano beneficia a todos los ganaderos!». Y no falta el trolleo puro: «Las ranas saltan, no son del Camino de Santiago, ¿pa’ qué rampas?». Hasta hay quien propone señales de tráfico: «Rana 0.5 km, reduce velocidad».
Retrocedamos nueve meses, porque esta rampa no es un capricho navideño, sino un proyecto que la Junta de Castilla y León cocinó en marzo de 2025. El Consejo de Gobierno aprobó una subvención de 240.000 euros (redondeando, que son 241.000 exactos en algunos papeles) para «naturalizar y adaptar 350 abrevaderos» en 58 municipios de León. ¿El culpable? La Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, que quiere convertir estos pilones ganaderos en «hábitats seguros para anfibios».
¿Qué incluye el pack deluxe? Rampas de entrada y salida para que las ranas (y otros bichos pequeños como sapos o ratones) no se ahoguen al caer al agua, limpieza de sedimentos, impermeabilización para que no se evapore el charco, y reparaciones varias para que el pilo no se desmorone como un castillo de naipes húmedo. El objetivo: conservar la biodiversidad en un campo castellanoleonés donde el cambio climático y la sequía están dejando a los anfibios más secos que un chiste malo. «Estas actuaciones mejoran la accesibilidad para la fauna silvestre», dice el comunicado oficial, como si estuviéramos hablando de ascensores para discapacitados en vez de pasarelas para croadores.
Suena noble, ¿verdad? Pues los ganaderos no opinan lo mismo. Denuncian que mientras las vacas y ovejas beben de toda la vida sin drama (¡total, ellas sí saltan!), el dinero público se va en «lujos para bichos» en vez de en limpiar montes contra incendios o arreglar caminos rurales. Y no les falta razón en el timing: el vídeo sale en diciembre, cuando León ya ha visto su ración de fuegos en brezos secos este año. ¿Coincidencia? O el erizo, o la rana.
En la web, el Diario de León lo cubrió en marzo como un avance ecológico, y Onda Bierzo lo pintó como transformación de abrevaderos ganaderos en «espacios para anfibios». Pero ahora, con el vídeo, ha resucitado como zombi viral. No hay respuesta oficial reciente de la Junta (al menos hasta el 15 de diciembre), pero apostamos a que algún asesor está sudando tinta verde explicando por qué una rampa de hormigón cuesta más que un coche familiar.
Al final, esta historia es el perfecto meme español: buena intención (salvar especies en extinción, porque las ranas no croan solas en la sequía), ejecución ridícula (¿350 pilas? ¿En serio?) y cabreo colectivo (los ganaderos pagan impuestos, no rampas de lujo). Si Aída y su colega representan al pueblo llano, la Junta parece el funcionario que aprueba todo con un «firma aquí y croa».






































