Amigos conductores, prepárense para un nuevo capítulo en la saga de «la DGT nos quiere sacar hasta el último céntimo». Recientemente, la Dirección General de Tráfico ha decidido recordarnos lo peligrosos que somos al volante con un tuit que, a primera vista, parece una advertencia seria: una furgoneta circulando en sentido contrario, una infracción gravísima que pone en riesgo la vida de todos. Sin embargo, hay un pequeño detalle que no pasa desapercibido: el vídeo es de febrero de 2022. Sí, han leído bien, 2022. ¿Estamos en 2025? ¿O es que la DGT tiene una máquina del tiempo y prefiere usarla para sacar a relucir viejos pecados en lugar de ocuparse de los problemas actuales?
Pero esperen, porque esto no es más que la cortina de humo perfecta para desviar la atención de su verdadero objetivo: la baliza V16, ese aparatito luminoso que, a partir del 1 de enero de 2026, será obligatorio llevar en todos los vehículos. ¿Y por qué nos lo venden como una medida de seguridad? Bueno, porque según la DGT, los triángulos de emergencia son cosa del pasado y ahora necesitamos un dispositivo conectado que avise a todo el mundo (y a la DGT, por supuesto) de que nos hemos quedado tirados. El problema es que este «avance» nos va a costar un riñón, y no está claro si realmente va a salvar vidas o simplemente llenar las arcas de alguien.
La DGT publica un tuit con un vídeo de hace casi cuatro años, en plena era de los triángulos de emergencia, para recordarnos que circular en sentido contrario es malo. ¿Y por qué ahora? ¿Acaso alguien se había olvidado? No, claro que no. Lo que pasa es que con la polémica de la baliza V16 en pleno apogeo, necesitan distraernos con algo. «Mirad, mirad, una furgoneta mala, muy mala. Olvidaos de que os estamos obligando a gastar dinero en un gadget que no pidieron».
🚁 🤯 #Furgoneta circula en sentido contrario injustificadamente. Además de una imprudencia, es una infracción muy grave (500€ de multa y 6 puntos) que vulnera artículos del Reglamento de Circulación y de la Ley Sobre Trafico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial. pic.twitter.com/UhuANMBxKp
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) November 15, 2025
Y es que la baliza V16 no solo es cara, sino que también ha generado un sinfín de dudas. ¿Realmente es necesaria? ¿No podríamos seguir con los triángulos, que ya sabemos cómo usar? ¿O es que la DGT tiene un acuerdo con los fabricantes de estas balizas y necesita justificar su existencia? Porque, vamos a ser sinceros, si el objetivo es la seguridad, ¿no sería más lógico invertir en carreteras mejores o en campañas de educación vial en lugar de obligarnos a llevar un dispositivo que, hasta ahora, no ha demostrado ser indispensable?
No nos engañemos, la baliza V16 no es más que el último capítulo de una larga lista de medidas que la DGT ha impuesto con el pretexto de «mejorar la seguridad». Recuerden el radar de tramo, las multas por email, o incluso el famoso peaje por usar las autovías (que, por cierto, todavía no ha llegado, pero seguro que lo intentan). Todas estas iniciativas tienen un denominador común: nos cuestan dinero y, a menudo, no están claras sus ventajas reales.
Y luego está el tema de la conectividad. La baliza V16 no solo debe ser luminosa, sino también «conectada», es decir, debe avisar a la DGT y a otros conductores de nuestra posición. Suena muy futurista, ¿verdad? Pero ¿qué pasa si no tenemos cobertura? ¿O si la batería se agota? ¿O si simplemente no queremos que la DGT sepa exactamente dónde estamos en todo momento? Porque, recordemos, en un país donde la privacidad parece ser un concepto olvidado, esto podría ser otra forma de vigilancia disfrazada de seguridad.
Lo más irónico de todo es que la DGT, en otras ocasiones, ha intentado usar el humor para acercarse a los conductores. Han publicado tuits con frases ingeniosas, memes y hasta vídeos que intentan ser graciosos. Pero esta vez, el chiste se les ha vuelto en contra. Usar un vídeo de 2022 para hablar de una infracción grave no solo es ridículo, sino que también deja en evidencia su falta de coherencia. ¿Quieren educar? ¿Quieren sancionar? ¿O simplemente quieren que nos olvidemos de que nos están obligando a gastar dinero en algo que no pidieron?
Porque, al final, eso es lo que duele. No solo el dinero, sino la sensación de que la DGT está más interesada en llenar sus arcas que en resolver los problemas reales de la circulación. Las carreteras siguen llenas de baches, los atascos son eternos y los accidentes, lamentablemente, siguen ocurriendo. ¿Y cuál es su solución? Obligarnos a llevar una baliza que, probablemente, nunca usaremos, mientras ignoran las cuestiones que realmente importan.






































