El gobierno español, en su infinita sabiduría, ha anunciado con bombo y platillos la llegada del primer turista australiano que ha usado el flamante Sistema de Entrada-Salida (EES). Sí, queridos lectores, un australiano ha sido el pionero en acceder a España a través de este revolucionario mecanismo que, según nos cuentan, transformará nuestras fronteras en fortalezas digitales. ¡Qué momento histórico! Mientras tanto, miles de inmigrantes ilegales llegan cada mes en pateras, reciben cobijo, dinero y todo tipo de ayudas, pero no os preocupéis, que el EES lo arregla todo. ¿O no?
🇪🇺 Un australiano ha sido el primero en acceder a España con el Entry-Exit System #EES.
— Ministerio del Interior (@interiorgob) October 12, 2025
Gracias a @policia y a todo el equipo que ha hecho posible implantar el nuevo procedimiento de control fronterizo para ciudadanos de fuera de #Schengen, plenamente operativo en abril de 2026. pic.twitter.com/XUP0QbL6sC
Es decir, un turista saca su pasaporte, lo escanea en una terminal futurista, y voilà, el sistema registra su entrada con precisión quirúrgica. ¡Bravo! Pero esperad, ¿qué pasa con esos otros miles de personas que llegan en barcas de madera, sin pasaporte, sin escáneres, y sin que nadie les pida ni un triste formulario? Ah, sí, a esos les dan una manta, un bocadillo y un billete directo al paraíso social. En 2025, más de 67.000 personas han llegado ilegalmente por mar, un aumento del 25% respecto al año anterior. ¿Y qué hace el EES al respecto? Absolutamente nada, porque, claro, las pateras no tienen Wi-Fi.
El gobierno, en su afán por vendernos esta maravilla tecnológica, ha invertido millones en terminales de alta gama para aeropuertos, mientras los puertos marítimos siguen siendo un coladero. ¿Sabéis cuánto cuesta mantener a un inmigrante ilegal en España? Hasta 400 euros al mes en ayudas, más alojamiento, sanidad y trámites legales gratuitos. ¿Y cuánto cuesta que un conductor pague por circular en una ciudad? Bueno, eso sí que lo tienen controlado, con peajes urbanos que van de 1 a 4 euros al día. Porque, claro, prioricemos el bolsillo del estado antes que la seguridad fronteriza.
La semana pasada, mientras celebraban el EES, otros 1.200 migrantes llegaron a las Islas Canarias. ¿Y qué hicieron las autoridades? Correr a preparar refugios de emergencia, financiar programas de integración y, por supuesto, seguir pidiendo más dinero a los contribuyentes. Porque, ¿qué mejor manera de demostrar compromiso con las fronteras que dando la bienvenida a quien sea, con tal de que no pase por un escáner? En redes sociales, los ciudadanos no se han quedado callados. Uno twiteó: «Próximo paso: instalar reconocimiento facial en las pateras, por un módico precio». Otro añadió: «El EES es para los aeropuertos, las pateras son para las playas. ¡Innovación total!»
Y no olvidemos que el EES se implementará gradualmente, empezando por los aeropuertos, luego las fronteras terrestres y, finalmente, los puertos marítimos. O sea, que para cuando llegue a los puertos, probablemente ya tendremos una nueva oleada de inmigrantes a los que acoger. ¿No es genial? El gobierno nos vende una frontera digital mientras las reales son más permeables que un colador.