El asunto de las «citas» en Mercadona entre las 19:00 y las 20:00 horas se ha convertido en un auténtico fenómeno social este verano. Jóvenes y mayores, hombres y mujeres e incluso personajes famosos, más o menos camuflados, se están convirtiendo en asiduos de esta cadena de supermercados a la hora convenida y con su correspondiente piña en el carro de la compra.
Recientemente, en un supermercado de las afueras de Madrid se produjo la gran sorpresa. Un grupo de periodistas, probablemente alertados por algún informador de Moncloa, localizaron al hombre enamorado en un local de Mercadona del barrio de Aluche, para ser más concretos. A pesar de ir disfrazado fue abordado por los periodistas que buscaban unas declaraciones en exclusiva que explicara los motivos por los que se encontraba en ese centro comercial.
Visiblemente nervioso por haber sido descubierto, su excelencia apenas pudo balbucear algunas palabras ante las insistentes preguntas de los informadores. «¿Alteza, cuál es el motivo por el que ha venido aquí y precisamente a estas horas?» «Me preocupa lo que pueda suceder en los juzgados con mi esposa», se le escuchó decir tímidamente. «Como ya saben, soy un hombre tremendamente enamorado de mi esposa y no me importa decirlo», continuó. «Pero tengo que pensar en el bien de España y en caso de que el juez me la arrebate de mi lado, tengo la obligación moral de sustituir a la Primera Dama», finalizó.
Tras estas declaraciones se subió en su coche oficial y emprendió un rumbo desconocido, seguido por la División Acorazada Brunete que hacía las funciones de escolta.