En la noche de ayer se produjo una gran noticia para todos los que creemos que hay demasiada gente que no sabe pensar, que no sabe discernir lo verdaderos de los falso y que necesita del gobierno, de las televisiones y de los grandes medios de comunicación para formarse una opinión de lo que sea. Ayer por la noche se produjo en Francia la detención del fundador y CEO de Telegram Pavel Durov, al que se le acusa de cómplice de lo que los usuarios de su aplicación publiquen porque debe moderar los contenidos y permitir que solo se publique lo que los gobiernos quieran.
¿Y qué nos parece esa noticia? Una gran noticia. En los últimos años se ha producido un fenómeno en el mundo que nunca se debería permitir: que haya lugares donde se pueda compartir información que desmiente a gobiernos y a expertos varios. Y eso se tenía que acabar porque, tal y como se relata en el libro 1984 de Orwell, la única verdad es la que nos llega a través de los gobiernos y sus «ministerios de la verdad».
«El Ministerio de la Verdad: era diferente, hasta un extremo asombroso, de cualquier otro objeto que se presentara a la vista. Era una enorme estructura piramidal de cemento armado blanco y reluciente, que se elevaba, terraza tras terraza, a unos trescientos metros en el aire. Desde donde Winston se hallaba, podían leerse, adheridas sobre su blanca fachada en letras de elegante forma, las tres consignas del Partido:
La guerra es la paz.
La libertad es la esclavitud.
La ignorancia es la fuerza.
Se decía que el Ministerio de la Verdad tenía tres mil habitaciones sobre el nivel del suelo y las correspondientes ramificaciones en el subsuelo».
Ahora, tras su detención, Durov podría enfrentarse a una pena de hasta 20 años de cárcel por todos los «delitos» que ha cometido y que tanto daño está haciendo a cerebros que solo deberían atender a las informaciones oficiales.
Que hace unos meses denunciara esto en una entrevista que le realizaba el periodista estadounidense Tucker Carlson no es más que una fábula de alguien que, evidentemente, solo está acostumbrado a mentir:
Aquí la traducción de la entrevista, aunque, ya saben, no deberían hacerle ningún caso porque, simplemente y tal y como nos dicen gobiernos y Comisión Europea, es un mentiroso:
«Recibimos demasiada atención del FBI y de las agencias de seguridad cada vez que íbamos a los EE.UU. Por ejemplo, la última vez que estuve en los EE.UU., llevé a un ingeniero que trabaja para Telegram, y hubo un intento de contratar a mi ingeniero a mis espaldas por parte de oficiales de ciberseguridad o agentes, como quiera que se llamen. El gobierno de EE.UU. quería contratar a tu ingeniero.
Eso es lo que entiendo. Eso es lo que él me dijo: que querían que escribiera código para ellos o que hackeara Telegram. Estaban interesados en saber qué bibliotecas de código abierto se integraban en la aplicación de Telegram, ya sabes, en el lado del cliente. Y estaban tratando de persuadirlo para que usara ciertas herramientas de código abierto que luego integraría en el código de Telegram que, según mi entendimiento, servirían como puertas traseras.
Permitirían al gobierno de EE.UU., o quizás a cualquier otro gobierno, espiar a las personas que usan Telegram, ya que una puerta trasera es una puerta trasera, independientemente de quién la use.
Exactamente. Y es un poco sorprendente escuchar esto. Tal vez no es sorprendente; es ofensivo. ¿Estás seguro de que eso pasó?
Sí. No hay razón para que mi ingeniero invente historias, también porque yo personalmente experimenté una presión similar en EE.UU. Cada vez que iba a EE.UU., había dos agentes del FBI esperándome en el aeropuerto para hacerme preguntas. Una vez estaba desayunando a las 9:00 AM y el FBI se presentó en la casa que estaba alquilando, lo cual fue bastante sorprendente. Y pensé, estamos recibiendo demasiada atención aquí.
¿Por qué? ¿Habías cometido un crimen?
No, estaban interesados en saber más sobre Telegram. Sabían que yo había dejado Rusia, sabían lo que estábamos haciendo, pero querían detalles. Y mi entendimiento es que querían establecer una relación para, de alguna manera, controlar mejor Telegram.
Entiendo que estaban haciendo su trabajo, pero para nosotros, que dirigimos una plataforma de redes sociales centrada en la privacidad, probablemente no era el mejor entorno en el que estar. Queremos centrarnos en lo que hacemos, no en las relaciones gubernamentales de ese tipo».