Son muchos los miembros de la fachosfera fascista, que tanto abunda en España, los que están poniendo el grito en el cielo ante la masiva llegada de lo que ellos llaman «inmigración ilegal». Y lo que demuestra esa gente con ese tipo de afirmaciones es que son poco solidarios, poco resilientes, están poco empoderados y no tienen ningún tipo de ecoconciencia con el mundo que les rodea. El gobierno español, dando muestras una vez más de su solidaridad, está acogiendo y distribuyendo a esa pobre gente por toda España con el objetivo inclusivo de que formen parte de una sociedad a la que van a aportar su no trabajo, su no seguridad y una gran gasto económico que ellos nos van a devolver con creces cuando contribuyan al pago de las pensiones, en esta u otra vida.
Esa gente formada por ancianos, mujeres y niños, que todavía no han llegado, harán de España un lugar mejor, más resiliente e inclusivo. Como decíamos antes, los ancianos las mujeres y los niños todavía no han llegado pero han venido, de momento y en avanzadilla, sus hermanos mayores, mucho más preparados físicamente para poder sortear las peligrosas aguas de los mares durante unos 10 minutos hasta alcanzar el barco de la solidaria ONG de turno.
Seamos generosos con ellos porque nos van a dar mucha alegrías.