¡Atención, señoras y señores, que el circo de la política española acaba de añadir un nuevo número estelar a su repertorio! Juan Carlos Monedero, el gurú de Podemos, el filósofo de la revolución, el caballero de la lucha feminista, ha regresado a los titulares no por sus encendidos discursos sobre el patriarcado, sino por algo un poquito… digamos, contradictorio. Resulta que este adalid de la igualdad de género, que en 2019 nos iluminaba con perlas como “Cuando una mujer dice no, está diciendo no” (mientras gesticulaba con la solemnidad de un oráculo en un plató), ahora se enfrenta acusaciones de, oh sorpresa, intentos de abuso contra varias mujeres. ¡Quién lo iba a decir!
Imagínense la escena: Monedero, con su chaleco impecable y su mirada de intelectual comprometido, impartiendo lecciones magistrales sobre machismo asesino, mientras, al parecer, en los pasillos de Podemos o en algún oscuro rincón venezolano, su versión menos iluminada, confundía el “no” con un “sí, pero hazlo rápido que tengo un debate después”. Es como si Don Quijote, tras arengar contra los molinos de viento, se diera la vuelta y dijera: “Por cierto, quién quiere un paseo a caballo conmigo.”
No es que la hipocresía sea nueva en política, pero Monedero ha elevado el arte a otro nivel. Mientras el partido se presentaba como el faro del feminismo en España, con leyes trans y discursos incendiarios contra el machismo, resulta que su cofundador estaba, digamos, practicando un feminismo un poco más… práctico. Y qué mejor manera de defender los derechos de las mujeres que, según las acusaciones, ignorar sus límites y luego reaccionar con violencia cuando un periodista atrevido (como Vito Quiles, al que lanzó un micrófono como si fuera un boomerang socialista) se lo pregunta. ¡Bravo, camarada, el patriarcado debe estar temblando… de risa!
🟡 HEMEROTECA | Así impartía lecciones de feminismo Juan Carlos Monedero en el 2019: «Cuando una mujer dice no, está diciendo no». pic.twitter.com/X59skKp8Mb
— THE OBJECTIVE (@TheObjective_es) February 21, 2025
Y qué decir de sus fans en X, que han pasado de aplaudir sus lecciones de consentimiento a soltar memes y pullas con la delicadeza de un martillo neumático. “Feminista FAKE progre”, “hijo de su resantísima madre” y “el patriarcado opresor domina la situación” son solo algunas de las joyas que han florecido bajo su post. Hasta hay quien sugiere que Monedero confundió el “no” con un “sí, pero solo si me das un sueldo de Canal Red”. Sarcasmo puro, pero, oye, ¡la realidad supera la ficción!
Claro, Podemos ya lo ha apartado (o eso dicen), pero uno no puede evitar preguntarse: ¿dónde estaba el comité de ética feminista cuando Monedero estaba en Venezuela, supuestamente perfeccionando su discurso… y, al parecer, otras cosas? ¿O es que el feminismo de Podemos solo aplica cuando hay cámaras y aplausos, pero no en los pasillos oscuros? Preguntas incómodas, camaradas, preguntas incómodas.
Así que, mientras Monedero se refugia en su indignación y sus chalecos, el resto de nosotros nos quedamos con la imagen mental de un feminista tan comprometido que necesita un manual de instrucciones para entender un “no”. ¿Solución? Tal vez debería volver a sus clases de 2019, pero esta vez como alumno… y con un traductor de lenguaje corporal que no sea tan, digamos, creativo. ¡Viva la revolución, pero con consentimiento, por favor!