Ante la desidia de la población española que, al no saber votar bien siempre provoca que INDRA tenga que «reajustar los votos», el gobierno ha decidido tomar cartas en el asunto porque, según aseguran, cada vez «les cuesta más hacer cábalas para ajustar los resultados electorales». Según declaran varias fuentes del Ejecutivo, «cuanta menos gente vote al jefe más complicado nos resulta alterar el algoritmo para perpetuarnos en el poder y eso tiene que solucionarse». Añaden que «eso resulta tremendamente complicado a la hora de las negociaciones posteriores a los comicios y cada vez tenemos que regalar más a los socios, lo que representa un desajuste de cuentas».
Por eso, y después de haber llegado a un acuerdo con ERC para nombrar al filósofo Presidente de la Generalidad, han anunciado una subida de impuestos generalizada que, en gran parte, se destinará a una partida de gasto llamada: «Caprichos del jefe para cuando tenga que negociar por no ganar unas elecciones». Esto, que representaría un aumento considerable a la ya de por sí limitada capacidad económica de los españoles, no representa ningún problema para el gobierno ya que, según asegura su comité de expertos, «mientras dispongan de los ingresos de un mes para vivir todo el año tendrán más que suficiente». Afirman, además, que «siempre pueden quitarle la casa al vecino para ahorrarse la hipoteca o el alquiler».
De momento se ignora el montante que se destinará a esa partida, pero avanzan que «si el acuerdo con ERC para nombrar a Illa va a suponer unos 30.000 millones de los pringados del resto de comunidades autónomas, ya pueden suponer que no menos de 40.000».