Ya no hace falta elegir entre ducharte o tomarte una birra: ahora puedes hacer las dos cosas… con la misma agua. Sí, has leído bien. Una startup de San Francisco llamada Epic Cleantec ha decidido que lo que el mundo necesitaba urgentemente era una cerveza hecha con el agua en la que te enjabonaste las axilas esta mañana. Y no contentos con eso, también han sacado otra con el agua que usaste para lavar los calzoncillos de la semana pasada. Progreso, señores, progreso.
Shower Hour IPA: la cerveza que sabe a “¡uy, se me acabó el champú!”
Imagina esto: estás en la ducha, cantando como si fueras Rosalía en un concierto privado, y de repente piensas: “Ojalá pudiera beberme esto”. Bueno, pues ya puedes. La Shower Hour IPA es una IPA jugosa, refrescante y con un sutil toque a… ¿gel de aloe vera? ¿Gotas de sudor post-gym? Nadie lo sabe con certeza, pero Epic Cleantec jura que está más limpia que el agua que sale del grifo en Detroit (que, la verdad, tampoco es un listón muy alto).
Según sus creadores, el proceso es impecable: filtran, ultrafiltran, ozonizan, ultravioletean y probablemente le rezan un padrenuestro al agua hasta que queda “mejor que potable”. Vamos, que tu cerveza lleva más tratamientos que la cara de una influencer antes de un selfie.
Laundry Club Kölsch: porque nada grita “cerveza artesanal” como olor a suavizante de lavanda
Si la de la ducha te parecía atrevida, espera a probar la versión lavandería. Es una Kölsch dorada, ligera, con un delicado aroma a “ropa recién tendida” y un regustillo que los expertos describen como “suave… pero con personalidad de calcetín olvidado en la lavadora tres días”.
Ideal para esas tardes de verano en las que quieres una birra fresquita y, de paso, recordar que todavía no has puesto la colada.
Epic Cleantec dice que no es un gimmick, que es “educación líquida” y que quieren demostrar que el agua reciclada es segura y deliciosa. Traducción: “Queríamos hacer la broma más cara de la historia y que encima nos pagaran por ella”.
Y oye, funcionó. La gente hace cola para probarlas. En San Francisco ya no se dice “craft beer”, se dice “crap beer” (literalmente). Los hipsters están tan emocionados que han dejado de beber kombucha para pasarse al agua de ducha con lúpulo. Es el nuevo almuerzo: mimosas de agua residual y tostada de aguacate regada con lágrimas de boomer escandalizado.
¿Sabe a jabón? Oficialmente no. Extraoficialmente… sabe a “responsabilidad medioambiental con un toque de riesgo existencial”.
¿Puedo hacerla en casa? Técnicamente sí, pero tu novia/tu madre/tu casero probablemente te eche de casa antes de que termines de hervir la primera tanda.
¿Es vegana? Sí, pero el agua probablemente ha visto más carne que un carnicero.
En resumen: la próxima vez que alguien te diga “esta cerveza está para repetir”, pregúntale si está seguro de querer repetir también la ducha de ayer. Porque en San Francisco ya no hay excusa para llegar a la oficina con resaca y sin asearse: ahora puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo





































