En un giro que ni el guionista más audaz de La que se avecina habría imaginado, el alcalde de Badajoz ha lanzado una advertencia digna de Óscar: «No se acerquen a los patos ni a los gansos de los parques por la gripe aviar». Sí, amigos, esos mismos patos que llevan décadas nadando plácidamente en el Guadiana sin pedir permiso a nadie, ahora son sospechosos de alto riesgo.
Y atención al remate: en Badajoz no se ha detectado ni un solo pato resfriado. Ni un estornudo, ni un «cuac» sospechoso. Cero afectados. Pero tranquilos, que el Ayuntamiento ya ha puesto la ciudad en «vigilancia especial». Porque, claro, prevenir es curar… o al menos justificar el sueldo.
Es que claro, imagina que vas al parque con el bocata de tortilla, te sientas en un banco, y de repente… ¡un pato te mira fijamente! Según el Consistorio, ese inocente palmípedo podría ser un agente encubierto de la gripe aviar. Olvidaos de los drones chinos, el verdadero peligro vuela a ras de agua y pide pan.
El alcalde, en un alarde de prudencia que roza lo cómico, ha recomendado mantener la distancia de seguridad. ¿Dos metros? ¿Tres? ¿O directamente huir gritando como en Jurassic Park cuando aparece el T-Rex? Porque, oye, nunca se sabe. Un pato tose y de repente Badajoz es el epicentro de la pandemia zombi.
En un comunicado que pasará a la historia de la prensa municipal, el Ayuntamiento ha insistido: «Eviten el contacto directo con aves silvestres». Traducción: si un ganso te persigue, que en Badajoz pasa, no preguntes, no lo abraces. Ni le hagas un selfie. Ni le digas «qué bonito plumaje». Nada.
Y mientras tanto, los patos siguen tan panchos. Nadando, graznando, haciendo su vida. Sin mascarilla, sin gel hidroalcohólico, sin enterarse de que son el enemigo público número uno. Ellos sí que viven en la Matrix.
Los vecinos, entre risas y memes, ya han propuesto soluciones:
Ponerles bozales a los patos. Pequeños, con estampado de flamencos, para que no desentonen.
Señales de «Pato peligroso» en los parques. Con dibujito de un pato con ojos rojos y colmillos.
Un dron municipal que persiga a los gansos gritando: «¡Atrás, portadores de virus!».
Así que ya sabéis, pacenses: si veis un pato, cruzad la calle. Si os persigue un ganso, llamad al 112. Y si os muerde… bueno, al menos tendréis una excusa para no ir al trabajo.






































