Mientras el sol de Lanzarote brilla sobre la residencia real de La Mareta, donde nuestro querido –y a veces no tan querido– presidente Pedro Sánchez disfruta de sus merecidas vacaciones, ha surgido una noticia que ha dejado a todos boquiabiertos. Sí, amigos, resulta que los guardias civiles desplazados a la isla para ejercer las nobles funciones de escolta del líder socialista están teniendo que adelantar los gastos de su propia protección presidencial. ¡Qué giro argumental! Pero tranquilos, que el gobierno ya ha salido al rescate con una explicación tan brillante como el bronceado de Sánchez tras un día en la playa.
Según fuentes oficiales –que seguro han sido redactadas con una sonrisa irónica en Moncloa–, el Ejecutivo ha asegurado que tal es el privilegio, el honor supremo y la gloria inmortal de proteger al máximo mandatario que, en realidad, los guardias civiles deberían estar pagando de su propio bolsillo por la oportunidad. «Es un servicio patriótico de tal calibre que cualquier guardia debería considerarse afortunado de rascarse el sueldo para financiar su propia presencia junto a tan augusta figura», declaraba un portavoz gubernamental con un tono que rozaba lo teatral. ¡Olé tus bemoles!
💥💥 ¡¡JUCIL EXPLOTA!! Los agentes que protegen a Sánchez: Sin dietas y con cucarachas.
— Jucil Nacional (@jucilnacional) August 4, 2025
📺 Os lo cuenta nuestra Secretaria de Comunicación, Mila Cívico en la @miradacriticat5 con @JoseLuisVidalV.
🚫 DIETAS SIN ACTUALIZAR DESDE 2005 Y ADELANTANDO DINERO DE SUS BOLSILLOS 🚫… pic.twitter.com/1smdrMGtyZ
Imagínense la escena: un guardia civil, con su uniforme impecable y su moral por las nubes, sacando la cartera en el aeropuerto de Arrecife para pagar el billete, el café del duty-free y, de paso, el alquiler de un coche patrulla. «No pasa nada, compañero, es por el bien de la nación… y por ver de cerca cómo Sánchez pide otra caña mientras nosotros nos apretamos el cinturón», dirá otro mientras cuenta las monedas. Y es que, según el gobierno, este sacrificio económico no es un descuido logístico, ¡no, por favor! Es una muestra de lealtad y un ejercicio de ciudadanía ejemplar. «Si hasta podrían donar un riñón por el privilegio», bromeó –o no– el mismo portavoz, mientras se le escapaba una risita.
Pero no acaba ahí la generosidad del Ejecutivo. Fuentes cercanas aseguran que se está barajando una propuesta para que los guardias civiles de escolta envíen cartas de agradecimiento a Sánchez por permitirles formar parte de su séquito vacacional. «Es un honor tan grande que deberían enviarle flores, o al menos un buen plato de papas arrugadas con mojo picón como muestra de gratitud», sugirió un asesor anónimo. Y, por supuesto, si algún guardia se queja de los gastos adelantados, se le recordará que el verdadero pago está en el alma: el orgullo de servir a un presidente que, según Moncloa, «ilumina la isla con su mera presencia».
Mientras tanto, en Lanzarote, los rumores de que Sánchez fue rechazado en tres restaurantes –aunque eso sigue siendo un chiste sin confirmar– se mezclan con esta nueva perla burocrática. ¿Será que los guardias tendrán que pagar también las multas por aparcar mal mientras intentan seguir el ritmo de las escapadas gastronómicas del presi? El gobierno no lo descarta: «Si hay que poner una hucha para el bien común, que así sea. ¡Viva el sacrificio por España!»
Así que, queridos lectores, la próxima vez que veáis a un guardia civil con cara de haber dormido poco y un recibo en la mano, no os extrañéis. Está pagando por el honor de escoltar a Sánchez. Y si os ofrecen un puesto en la escolta presidencial, ¡cuidado! Podríais acabar hipotecando la casa por el privilegio. ¡Qué tiempos tan gloriosos vivimos!