Prepárense, amantes de los misterios históricos y los titulares que parecen sacados de una sitcom: un nuevo estudio ha llegado para revolucionar todo lo que creíamos saber sobre Stonehenge, esa icónica pila de rocas en medio de la campiña inglesa. Según unos investigadores con mucho tiempo libre y, al parecer, una imaginación desbordante, los britanos que levantaron este monumento hace unos 5.000 años no eran los pálidos pelirrojos que imaginabas bebiendo té aguado bajo la lluvia. No, señores: ¡eran en su mayoría negros! Sí, como lo oyes. Olvídate de los clichés de los celtas con pecas; aquí tenemos a los druidas prehistóricos sacando músculo y bronceado mientras arrastraban megalitos.
El estudio, publicado por un equipo de “expertos” que seguramente pasaron más tiempo mirando muestras de ADN que tomando el sol ellos mismos, afirma que hasta hace unos 1.700 años, la mayoría de los europeos —incluidos los antiguos griegos, romanos y, por supuesto, los britanos de Stonehenge— tenían piel oscura, ojos oscuros y cabello a juego. Vamos, que si esto es cierto, las películas de gladiadores y las recreaciones de la BBC han estado mintiéndonos descaradamente. ¿Te imaginas a Russell Crowe en Gladiator con un afro? Porque nosotros sí, y ahora no podemos dejar de reírnos.

La teoría es tan descabellada que merece un aplauso por creatividad. Según estos genios de la genética, los constructores de Stonehenge, que está convenientemente ubicado cerca de Glastonbury (sí, el mismo del festival donde hoy la gente se embadurna de barro), eran un grupo de almas bronceadas que probablemente celebraban el solsticio con más estilo del que les hemos dado crédito. “Podemos asumir que tenían piel oscura”, dicen los autores con la seguridad de quien pide una pizza sin revisar el menú. ¿Evidencia? Bueno, algo sobre ADN antiguo y migraciones prehistóricas, pero no te aburramos con detalles: al parecer, la lógica es que si hace miles de años Europa era un crisol de tonos oscuros, pues los britanos también debían serlo. ¡Elemental, querido Watson!
Claro, esto plantea preguntas serias. ¿Cómo arrastraban esas piedras gigantes sin sudar protector solar SPF 50? ¿Y qué pasa con las pinturas rupestres y las historias de vikingos pálidos como la leche? ¿Acaso los investigadores sugieren que el clima británico —famoso por su sol radiante y sus veranos tropicales— favoreció este look prehistórico? No sabemos si reír o pedirles que revisen sus notas, pero el chiste se escribe solo.
No hace falta decir que esta revelación ha dejado a más de uno rascándose la cabeza… o buscando una cámara oculta. Los comentarios en las redes deben estar que arden —imagina a los británicos modernos, famosos por quemarse con el primer rayo de sol, descubriendo que sus antepasados eran expertos en bronceado natural—. “¿Entonces mis bisabuelos construyeron Stonehenge mientras bailaban al ritmo de tambores?”, bromea algún tuitero imaginario. “¡Eso explica por qué no me quemo en Benidorm!”, diría otro.
Y mientras los académicos serios probablemente están preparando réplicas con cara de “esto no puede estar pasando”, el Daily Mail no perdió tiempo en convertirlo en un titular jugoso. Porque, seamos honestos, ¿qué mejor manera de vender periódicos que diciendo que los britanos eran tan oscuros como el humor de un lunes por la mañana? Si esto sigue así, pronto nos dirán que los romanos inventaron el reggae y que los celtas pintaban grafitis en las cuevas.
Entonces, ¿qué hacemos con este estudio? ¿Lo tomamos como una joya de la arqueología moderna o como el guion de una comedia prehistórica? La idea de que Stonehenge fuera levantado por un equipo de británicos con más melanina que un equipo de cricket caribeño suena tan absurda que casi queremos creerla, solo por las risas. Pero, en serio, si estos investigadores tienen razón, alguien tiene que reescribir los libros de historia… y de paso, mandarle un memo a Hollywood para que actualice el reparto de extras.
Por ahora, nos quedamos con la imagen mental de un druida con piel de ébano, supervisando la obra maestra de Stonehenge mientras el viento británico le despeina el cabello oscuro. ¿Realidad o fantasía? Bueno, como dijo algún filósofo: “En el Daily Mail, todo es posible”. Así que, la próxima vez que visites Stonehenge, no te olvides de llevar gafas de sol… no por el clima, sino por el brillo de esta teoría tan deslumbrante como dudosa.